Uno puede sentir el peso de la palabra lugar. En una detención obligatoria el lugar (porción de espacio) es lo que aparta de la vida. Pero la vida sigue siempre mientras dura y; si bien se piensan ayer y mañana, también se piensa en el hoy, se estudia, se escribe, se trabaja. Se viven las horas del presente. Oímos los poemas, los temas que abordan. Los géneros, desafíos para la poesía, el hip-hop y el rap, la canción. La búsqueda de expresar lo hondo a través de lo liviano. El va pa i. Las ganas de contar. Un grupo hace libros de madera, pequeños relatos para contar a hijos y nietos. Los escriben también en braille. Circula por el barrio una pequeña ballena de madera pintada. Se edita una publicación llamada Pres y diario.
Zona poema, previa selección del jurado, hará circular sus poemas, que aparecerán en las calles en formato afiche. Una pequeña selección, posible gracias a la Facultad de Arquitectura (UDELAR), la Intendencia de Montevideo, el Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario, el Instituto Nacional de Rehabilitación y el Ministerio de Educación y Cultura. Agradecemos a Ricardo Pallares, Rossana Aicardi, Déborah Eguren, Claudio Burgues y René Fuentes, mencionados por orden de lectura, que compartieron los encuentros. También a la Mtra. Gabriela Midón, Mtra. Lilián Baute, Mtra. Fátima Gabito y Esteban Rodríguez, coordinadores de cultura en los centros de detención. Lo mismo para el Mtro. Lucas, coordinador de cultura del INR. Y, sobre todo, agradecemos a quienes se presentaron, porque son ellos y ellas quienes comparten su mundo saliendo del silencio.